BILBO, MI VIEJITO, SIGUE ENSEÑANDOME CADA DÍA

Wen // miércoles, 1 de noviembre de 2017



Me ha pasado una cosa asombrosa. Anoche, de repente, me dí cuenta de dónde estoy.
No de quién soy, no, de DONDE estoy. Y lo más asombroso es que realmente no me di cuenta yo sola, Bilbo me lo ha enseñado.
Cuando hablo de "donde" no me refiero a geográficamente,claro, aún no se me ha ido la olla definitivamente ( tiempo al tiempo )
Empiezo por el final, por la conclusión. Estoy situada concreta y exactamente en la entrada de mi estómago. Cómo se os queda el cuerpo?
Todo esto va a ser difícil de explicar, eso unido a que es en sí mismo algo complejo no va a facilitarme esta tarea, pero lo haré lo más sencilla y claramente posible.
Llevo bastante tiempo regular, ahora hace un año que me separé, este tiempo han pasado muchas, muchas cosas. La más dolorosa ha sido la muerte Bilbo y Jonesy. Bilbo murió en Enero y Jon en  Febrero. Durante estos meses he pasado peores y mejores épocas con respecto. De hecho mi abuela murió en Mayo y yo aun no he abierto ese proceso, no lo he procesado aun, no estoy preparada.
Las últimas semanas o quizá meses he pensado mucho en Bilbo, he vuelto a llorar mucho, he recordado muchas cosas, momentos, actitudes, gestos...y he sufrido mucho, de nuevo. Los dos últimos días, y en algunos momentos ha sido en intensidad como volver a Febrero.
Anoche mismo hice todo el camino de vuelta a casa llorando desconsoladamente, llorando desde lo más profundo de mi persona, sintiendo ese dolor tan intenso y real  de la pérdida. Calmándome a ratos y luego siguiendo. Cuando me fui a la cama, mientras estaba tumbada mirando al techo, con esa sensación  dolorosa bloqueando mi estómago empecé a pensar en él. Y fue ese mismo momento en el que me hice plenamente consciente de esas dos partes en mi. Mi cabeza y la entrada de mi estómago.
Mis pensamientos y eso otro, esa sensación, el sitio de donde viene. Y como una especie de epifanía me di cuenta de que eso era yo.
No la sensación en sí, no el dolor, sino lo que siente esas sensaciones. ESO es yo, y ahí exactamente estoy. Pude sentirlo de manera completamente nítida, pude diferenciarlo de mi cabeza, de mis pensamientos.
No soy mi cabeza, no estoy en mi cerebro, no soy lo que pienso, comprendo, todo eso no es Sarai. Mi cabeza procesa en parte a quien soy, pero no es quien soy.
Es complicado de poner en palabras realmente.
De repente me noté sintiendo eso, ese amor, ese dolor esa sensación y me di cuenta de que eso es lo real, no mis recuerdos de mi perro, no mis pensamientos sobre él...sino eso en sí. Y llegó a mi como una epifanía como si me hiciera consciente de estas dos partes.
Entonces empecé a intentar concentrarme en ese lugar, en mi estómago, y la sensación era asombrosa. Mucho más tranquila, sin ruido. Realmente esto es muy complicado de expresar y estoy sonando como una lunática...pero prometo que esta sensación ha llegado a mi de modo tan claro que no tengo ninguna duda. Y me la ha traído mi perro, la persona que más me ha enseñado en la vida, y que por lo visto, sigue enseñándome y ayudándome después de irse. Mi viejito maestro.
Lo más importante de esto es que me he dado cuenta de que me focalizo donde no debo. Y pienso demasiado. Necesito encontrarme, centrarme, en quién soy, no en qué pienso.
Igual nada es esto tiene sentido y simplemente le echo tanto de menos que mi cabeza se resiente, no lo sé...



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