DIARIO DE UNA HOMELESS I

Wen // lunes, 17 de julio de 2017

Sólo hay que ver mi cara de boba feliz :D

Pues sí, así queda renombrado este espacio de momento, porque no nos engañemos, es lo que soy.
Ayer estaba en un autobús de Cruz Roja donando sangre y cuando llegué a la parte del formulario donde pone: Domicilio, me quedé mirando y pensé: " Joder, si es que yo no tengo domicilio" Y esa, amiguitos, es la realidad.
Lo que suelo hacer en estas situaciones es: Si estoy en España o estoy enviando un CV para España, pongo la dirección donde estoy empadronada aun, que es la casa de mi exnovio ( y mejor amigo ), y si es para UK pongo la dirección de uno de los sitios donde estuve en Junio.
Hace 8 meses que dejé el que era mi hogar cuando mi pareja y yo nos separamos. Bueno, cuando él me dejó después de 14 años, porque esa es también parte de la realidad que nunca verbalizo. Por vergüenza torera, supongo.
He estado viviendo un tiempo en casa de mi hermano, otro tiempo en UK, y ahora un par de semanas en casa de mis padres, mi siguiente paso no sé dónde me llevará. Con un poco de suerte de vuelta a UK o a algún sitio que me ilusione y me aporte cosas bonitas, en España o fuera.
Los primeros meses estaba realmente jodida con este asunto pero me he acostumbrado a no tener casa, a ir con mi mochila, mi cepillo de dientes en el bolso y a dormir en sofás cama aquí y allá. A tener tres juegos de llaves en la mochila y decidir sobre la marcha. Es una cosa que, según el enfoque que le des y lo que decidas sentir al respecto puede ser reaaaalmente deprimente o realmente guay. Yo he elegido sentir que es bastante guay, porque ¿para qué amargarme la existencia?
Kicir, las cosas como son, tiene cosas muy guays no tener casa, y mi vida está super interesante, cada día es como un  episodio de una serie de esas que te enganchan porque no sabes por dónde va a salir. ¿Que hay veces que me vengo abajo? Sí, no voy a ir yo ahora de SuperWoman. Cuando veo a las mujeres de mi edad con sus familias, sus casas, sus coches y esas cosas que se supone que es lo que debería estar yo haciendo en lugar de vagabundear por el mundo me siento a veces muy miserable. Y en ocasiones lloro mucho porque me encuentro muy solita, claro que sí. Pero esto son ya las menos veces, normalmente estoy fuerte y disfrutando de las cosas tan curiosas que te da ser total y completamente libre.
La libertad da mucho miedo, es un abismo, un precipicio en el que no llegas a ver el fondo. Como el Salto de Fé de Indiana Jones, ¿os acordáis? En realidad hay una pasarela mágica que te sostiene...pero es invisible, y atreverse a caminar en el aire es algo reservado para los locos, los soñadores, los avanzados o los desesperados. Al menos así lo veo yo, no sé.
Así es mi vida ahora, impredecible. Para lo bueno y para lo malo.
La parte estable y el poco cimiento de mi vida me lo han aportado mis amigos y familia. Y sus sofás cama :D Sus abrazos, su consejos, sus hombros, las meriendas, las charlas.
Es difícil cambiar de paradigmas vitales. Yo, poco a poco me estoy readaptando y eso pasa por cambiar algunos de ellos, como la idea de hogar, de familia, de vivir. Y pasa también por elegir bien cómo me siento ( sí, se puede elegir, afortunadamente ), y yo me siento muy afortunada casi todo el tiempo. Por tener unos amigos maravillosos, por la relación tan bonita que aun tengo con mi exnovio y por poder seguir formando parte de la vida de mis enanas ( nuestra perrita y gatita ), por mi familia con sus cosas buenas y malas....
Creo que el hogar se puede llevar con uno mismo, y que se puede hacer de cualquier sitio un pequeño hogar transitorio. Yo a veces me siento en casa en el asiento de un tren, con mi mochila a un lado y Eddie Vedder sonando en mis auriculares. O en mitad del campo, sentada al lado de un río, o en lo alto de una colina mirando al mar. Y elijo sentirme bien, contenta, agradecida y animada en esta aventura que está siendo mi vida estos últimos meses.


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