CUIDADO CON LO QUE DESEAS

Wen // domingo, 16 de agosto de 2015



Como no venimos a este mundo con manual de instrucciones y a casi nadie nos enseñan a autogestionarnos emocional y racionalmente pasa lo que pasa, que la vida se convierte a veces en una cosa muy complicada.
Estas impresiones mías sobre los deseos son sólo mi punto de vista, mi experiencia personal y mi manera de sentirlo, por supuesto.
Si a alguna conclusión he llegado a mis 34 años con respecto a los deseos es a que hay que tener muchísimo cuidadito con lo que deseamos. Todos hemos oído alguna vez esa famosa frase de:
"Ten cuidado con lo que deseas, se puede hacer realidad" como a modo de advertencia, como si fuese malo que lo que deseas se cumpla. Jamás había entendido esa frase, me parecía absurda hasta que... Ay amigo, algunas de las cosas que había deseado empezaron a hacerse realidad, o empezaron a poder hacerse realidad. Entonces entendí la advertencia. Tarde, claro.
Veamos, porque no es tan sencillo;
Cuando uno se pone a soñar o fantasear con algo ( sea este algo del género que sea ), y dependiendo de las posibilidades que vea de que se cumpla en el momento... se deja llevar inevitablemente.
En ese dejarte llevar das rienda suelta a tus deseos más profundos, deseos en bruto sin pasar por ningún filtro moral, racional o personal, salen tal y como son. Y con éstas, tu vas construyendo tu fantasía....por ejemplo: "Si yo gobernara este país, fusilaba a todos los políticos mangantes, echaría a los bancos, capitalizaría todas las empresas, deportaría a los fachas, etc." Es un ejemplo bobo pero representativo. Vale, lógicamente te puedes permitir decir eso y soñar con eso porque no crees que vayas a gobernar el país pero ni por asomo. Porque si así fuera...de verdad fusilarías a alguien?...no sé, yo no estoy tan segura.
Cuando entramos en esta espiral de fantasear con cosas sin ningún tipo de filtro salen cosas que racionalmente no dejaríamos salir, cosas que nos censuraríamos. Hay cosas muy lejanas como el ejemplo de antes, pero hay cosas mucho más cercanas aunque puedan ser igual de imposibles para nosotros.
Hasta qué punto de verdad deseamos esas cosas o sólo lo decimos porque sabemos que no es posible?
Aquí el problema viene, claro,  cuando como dice el refrán, esas cosas se hacen realidad, o pueden hacerse realidad. Entonces qué?
Yo veo varias opciones para pasar semejante trauma:

- Una es evidente: Recular. Ésta es, seguramente, la más habitual. Toda la vida soñando con hacer X, y cuando puedes encuentras todas las excusas del mundo para no hacerlo. Por qué? Porque dudas, porque no es el momento, porque de repente no estás seguro de que es lo que querías....aunque seguramente todo se reduzca a mil excusas porque estás cagado de miedo y no te atreves.

- La otra es algo menos popular y es apechugar y hacer aquello con lo que siempre has soñado, cueste lo que cueste, suponga lo que suponga. Ya habrá tiempo para lamentarse en todo caso. Porque igual que hay gente a la que les puede el miedo o el inmovilismo, hay otras personas a las que les puede la curiosidad y sencillamente no son capaces de quedarse con las ganas de hacer algo que siempre han querido aunque no lo tengan claro en absoluto.

Como habitante del segundo grupo y después de tres experiencias de este tipo yo tengo muchas dudas sobre este asunto de los deseos. No sé hasta qué punto de verdad deseamos las cosas con las que fantaseamos. Si de verdad son cosas que queremos en el fondo o si son cosas que nos permitimos pensar porque no son reales.
Este tema me tiene ocupada los últimos días.
Yo creo que hasta que no haces realidad esos sueños o fantasías no eres capaz de saberlo. A veces ni con esas me temo.

Por mi parte voy escarmentando y aunque es muy complicado controlar los sueños intento tener mucho, mucho cuidado con las cosas que deseo....no vaya a ser que se cumplan, y luego todo es agobio, nervios y acojone vivo.


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