CONFIANZA

Wen // jueves, 20 de agosto de 2015



Aunque mucha gente no lo crea, cada perro es un mundo entero. Cada uno tiene su carácter, su personalidad, sus miedos, sus gustos y es un individuo único. 
Cuando trabajas en un mundo como el del perro y es un trabajo vocacional, puedes llegar a unos niveles de flipe bastante curiosos. Estar rodeada de perros, y de perros diferentes además, casi todos los días te da la oportunidad de aprender muchísimo de estos seres tan especiales y es una suerte enorme. En mi caso en concreto que además a veces cuido perros en mi casa, me permite observar y aprender cantidad de cosas de ellos.
Como decía, no hay dos perros iguales, aunque sí hay rasgos comunes como pasa con las personas. Hay perros más juguetones y confiados, más pachones, más tímidos, más inseguros o asustadizos. Para cuidar un perro lo principal es entenderle, saber leerle y escuchar lo que te dice. Hay emociones como la ansiedad y la alegría que pueden llegar a confundirse, por ejemplo, así que entender su lenguaje es imprescindible. 
Cuando un perro está en una situación estresante, como es que sus dueños le dejen en otro sitio unos días, puede reaccionar de maneras muy diferentes. Algunos enseguida confían, se adaptan y se disponen a disfrutar de las novedades. Otros, sin embargo, se muestran más tristones, desconfiados, asustados... Estos perretes suelen perseguirte por toda la casa, buscan mimos continuamente. Además algunos perros tienen unos niveles de exigencia y obediencia en sus casas muy altos, por lo que buscan tu aprobación para todo y piden permiso continuamente.
Puedo sonar como una jipicolgá, pero cuando tengo perros así conmigo, pongo todo de mi parte para que consigan relajarse y pasar unos días sin la tensión de estar recibiendo órdenes todo el tiempo, o que estén lo suficientemente confiados para que hagan lo que les apetezca.
Cuando un perro está confiado, relajado y contento, con todas sus necesidades cubiertas...entonces es cuando empiezan a sacar su verdadera personalidad. Esto puede parecer una bobada pero no lo es, los perros se autocensuran, se controlan, son prudentes y no se muestran tal como son a no ser que ellos sientan que pueden hacerlo con seguridad.
Hacer que un perro confíe en mi, ganarme su confianza y su cariño creo que es seguramente, la cosa que más me gusta en el mundo. No es bonito, es lo siguiente.

Cuando empiezas a ver que ese perrito que era tan prudente y no se movía si no se lo decías empieza a moverse libremente por la casa...cuando ves que ya no te persigue a todos lados y prefiere salir al jardín a tomar el sol...cuando responde al juego y se atreve a debatir una presa contigo... cuando le ves frotarse la espalda, correr, hacer el loquito...cuando le ves relajado y contento... No hay mayor satisfacción.
Lo increíble del asunto es que no es difícil conseguir algo así, solo requiere calma, nada de gritos ni aspavientos, mucha paciencia, mucho cariño y hacer las cosas siempre teniéndole en cuenta, pidiendo su opinión, animándole a hacer cosas, felicitándole cuando se atreve a hacerlas...
Y esa es la parte que más me gusta de mi trabajo, tener la oportunidad de llegar a conocer a los individuos que hay dentro de cada perro. No lo que les han dicho que tienen que ser, no lo se espera de ellos...sino quienes son realmente. Y joder.....es que son la leche. Todos y cada uno de ellos.

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