BILBO

Bilbo
El ser vivo de quien más he aprendido en la vida.
Alegre, paciente, curioso, listo, valiente, con una determinación que no he visto nunca a nadie, y el perro más fuerte y con más constancia e ilusión por la vida que he conocido.
Un regalo, Bilbo ha sido un regalo en nuestras vidas. Los cuatro años y medio que hemos disfrutado de su compañía han sido un tesoro que siempre voy a tener en mi corazón.
Su entusiasmo con todo, su capacidad de aprender siempre y de dar lo mejor se él. Las caritas de satisfacción y alegría cuando conseguía hacer algo nuevo o algo difícil. Nos ha regalado tantas cosas bonitas estos años, y nos ha hecho sentir tanto amor... no tiene precio.
Y se ha ido. Se ha ido tranquilo, sin haber sufrido, sin haber pasado miedo o frío o dolor. A nuestro lado, rodeado de todo el amor del mundo.
El vacío que deja es inmenso, y ahora toca aprender a vivir sin él.
A Bilbo le dimos todo durante los años que estuvimos juntos, su bienestar fue siempre nuestra prioridad, y él echó el resto y puso todo de su parte.
Gracias a esto pudo disfrutar de unos años estupendos, de sus paseos por el campo cada día, sus bañitos en el pantano, sus olfateos y su rastros, su camita calentita y su heatpad, su comidita rica y sus caprichos, el queso, el pescado, la carne...sus paseos a las conejeras, ha conocido muchos perros y muchas personas que le han querido y mimado. Ha disfrutado de una vida plena, sin estrés y llena de amor, y esa tranquilidad y satisfacción las tengo dentro.
Donde sea que estés, Bilbo, acuérdate de nosotros, pásatelo muy bien y espéranos.
Gracias por estos años, perriviejo, te quiero con todo mi corazón.