SOBRE EL EQUILIBRIO

Wen // miércoles, 7 de septiembre de 2016


Hay cosas que os avergüenzan de vosotros mismos?
Cosas que pensamos, sentimos o deseamos, que no son socialmente correctas, apropiadas, que desde pequeños nos han enseñado a rechazar, a mirar con desagrado, a penalizar.
Si se tienen cosas de estas, es muy jodido normalizarlas. Aceptarlas, abrazarlas, disfrutarlas.
Primero no vas a querer aceptar que te atraen o te gustan. Te vas a pasar media vida pegándote contigo mismo intentando convencerte de que lo que sientes no es real.
Segundo, si te atreves a mirar en esa dirección es muy difícil que te atrevas a probarlas a ver si de verdad te gustan.
Y si en un alarde de locura consigues llegar ahí aun te queda procesarlo, aceptar que sí te gusta y decidir si quieres incluírlo en tu vida o prefieres olvidarlo todo y seguir adelante, como si jamás hubiera pasado.
Si llegas a este punto y lo incluyes en tu vida aun tienes que aprender a disfrutarlo, a no sentirte un auténtico enfermo mental y a seguir tu vida como si tal cosa, llevando una parte muy importante de ti, oculta a la mayoría de la gente.
Osea....es un proceso muy largo, muy complicado y da mucha pereza  y miedo solo pensarlo.
A solas en casa, con todas tus herramientas y tus discursos mentales vas a poder pensar en ello y no sentirte tan mal... rara quizá, pero ya está. Pero cuando estés en público, con tu familia, con tus amigos, y salga el tema por cualquier cosa de la vida...vas a disfrutar de un desagradable nudo en la garganta, de un sentimiento de vergüenza brutal que va a hacer que te sientas como la peor mujer y persona del mundo mundial. Te vas a sentir mal, o fatal, según se pongan las cosas. Y te vas a marchar a tu casa sintiéndote una abominación de la especie humana y deseando ser normal. Irte a la cama y despertarte normal.
Pero también habrá otros momentos en que disfrutes tanto, y de una manera tan  honesta contigo, tan completa y tan real, que te de igual ser una abominación de la especie. Que puedas pasar por encima de la vergüenza y la culpa, flotando.
Vivir atravesando los dos tipos de situaciones, de sentimientos y de momentos. Ahí está el reto.
En el equilibrio.


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